domingo, 1 de diciembre de 2013

Si quieres, buscamos en el cielo más razones...

Los días son un poco más oscuros y tristes desde que no estás,
creo que el Sol está celoso de que ya no lo necesite para vivir.
Es más, a veces he escuchado a la Alhambra, entre susurros, preguntar por ti. 

Alguna vez te he imaginado en algún rincón escondido, 
en alguna callejuela o en algún parque lejos de la celosa muchedumbre que nos pudiera descubrir.
Descubrir. Que palabra más bonita.
Tú has sido mi descubrimiento más superlativo.
Me gusta pensarte así, como un descubrimiento que me pertenece, un tesoro.
Mi tesoro más valioso. 

Es curioso, se me antoja conocerte de siempre y, sin embargo,
solo hace unos meses que me encapriché de tu sonrisa… tu cuidada y perfecta sonrisa.
El mayor de los alicientes para que cualquier ser vivo desee besarla.
Por eso le pido al cielo que nadie más interprete su magia como yo lo hago, o tendré que sellarte la boca a besos. 

¿Por qué tú tan adicción?
Y es que mis labios duelen desde que tus dedos no los rozan
y mis manos gritan que echan de menos tu espalda y tus caderas, y hasta el morbo que provoca tocarte a escondidas.

Risas bajo sábanas pidiendo más, mordiscos ahogando gemidos.
Quién me diría que iba a acabar escribiendo algo así, para alguien como tú.
Pero es que convivo con el problema de que cada tarde de domingo me recuerda a ti.
Y las canciones, los poemas y hasta las historias de amor ajenas…
Qué sabrán Romeo y Julieta.

Mas se fue el verano y te llevó con él. Vaya caprichoso.

Pero que no se crea que va a salirse con la suya, que yo también sé jugar sucio
y lo que no sabe es que te sueño cada noche cuando él se esconde.
Y si no lo hago, me lo invento.
Pero sh, guárdame el secreto, que no se entere o tendré que esconderte mejor entre mis sábanas. 

Otro secreto más que habla de ti... los guardaré todos juntos para sacarlos en unos años.
Y sonreír. O llorar. Quién sabe que será entonces de las promesas y la reciprocidad. 
Prefiero no pensarlo, que ya es una putada echarte de menos ahora
como para empezar a hacerlo en el futuro.

Aunque lo que te extraño… solo lo sabe el tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario