domingo, 1 de diciembre de 2013

Prohibir algo es despertar el deseo.

Hoy se han extrañado al verme sonreír hablando de amores prohibidos.
Me han preguntado qué se yo de eso
y lo que no saben es que amor prohibido eres tú.


Se hacen los entendidos y no tienen ni idea del amor.
Qué van a saber si no han sentido tu respiración en mi boca de niña.
Y es que el amor siempre es loco

y la mayor locura eres tú.

Eres una sonrisa dentro de unos labios que suplican "bésame".
Eres alegría envuelta en unos rizos rebeldes que te empeñas en recoger.
Y unos ojos que saben como mirar para volverme loca
mientras tus manos me tocan.
Insoportable a la vez que sumamente adorable.

Eres una historia de verano que nunca nadie sabrá y yo jamás olvidaré (y tú tampoco).
Eres ese trozo de papel convertido en contrato de matrimonio improvisado.
Eres un libro amarillo que habla de felicidad.
Eres Andrés Suárez y sus números cardinales.
Cada poema que habla de amor y desamor; aunque un poco más de esto último.

Has sido también mi precoz madurez y mi sexo.
Eres lo más prohibido, insensato e incoherente que he vivido jamás
y aún así, la mejor de las utopías.
Eres las ganas de follarte imaginándote en camas ajenas retando a la suerte.
Eres mi necesidad de crecer rápido y maquillar seis años.

Eres todo lo que quiero pero no me conviene

a 456,2 kilómetros de distancia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario